Ya
he contado alguna vez que cuando mi madre murió y aunque mis hermanas y
yo íbamos a ayudar a mi padre a diario, el curiosamente se revelo como
un magnifico cocinero, siempre se había metido en la cocina pero más de
caprichos, no de diario y al tiempo empezó a aprender y a hacer guisos que
le ensenábamos mi hermana pequeña, María José y yo.
Solo
había que explicárselo una vez y el empezó a hacer experimentos y yo
particularmente tengo recetas aprendidas de el (un pollo moruno de
morirse) esta es una de ellas, la hemos hecho todos muchas veces, pero
con el sofrito al principio y de la forma tradicional que se hace un
estofado, como lo hacia mi madre, pero mi padre tiraba por la calle de
en medio y la hacia a su manera.
El
resultado siempre buenísimo y sin quebrarse la cabeza, creo que ese es
el fundamento de un buen cocinero, claro que él tiene merito,
muchísimo, pero es que el había vivido 50 años con una magnifica
cocinera, algo se le pego aún sin quererlo y ese es el secreto de su
éxito y de los guisos que hacia, recordaban a los de mi madre.
Ingredientes para 4 personas:
1 Kg. de costillas de cerdo troceadas
1/3 Kg. de patatas de guiso.
Ajos
Cebollas
Pimiento verde
Laurel
Tomate
Tomillo
Vino blanco
Pulpa de pimiento choricero
Sal y pimienta
Colorante alimenticio
Aceite de oliva
1 pastilla de caldo de carne
Poner
en la olla a presión un poco de aceite de oliva y rehogar las costillas
troceadas y limpias de grasa salpimentadas hasta que estén doradas.
A continuación cortamos todas las verduras en juliana gruesa.
Incorporar
toda la verdura con el tomillo y la hoja de laurel a la olla y dejar
que se mezcle, pero que no llegue ha hacerse casi nada.
Añadir la cucharada de pulpa de pimiento choricero y la pastilla de caldo de carne desmenuzada.
Poner el vino y dejar que hierba
Completar con agua.
Incorporar las patatas chascadas a trozos y el colorante alimentario
Cerrar
la olla y poner al dos durante 1/2 hora a fuego fuerte. Cuando haya
pasado este tiempo, abrir la olla y ponerla al fuego abierta hasta que
la salsa reduzca y se ponga espesita.
Emplatar y comer calentita.
Esta
receta es practicamente igual que la del estofado con la diferencia de
que está todo en crudo cuando se cierra la olla, el era del parecer que
como todo se iba a mezclar daba igual lo del sofrito, no es verdad, pero
el resultado de este plato es que sale mucho más suave de sabor y como
consecuencia las costillas saben más a costillas y las patatas a
patatas, no hay nada que enmascare el sabor de estos ingredientes.
Parece
mentira pero aun pareciendo iguales son dos platos diferentes, no esta
para nada potenciado el sabor de las verduras, en fin que está muy
bueno, aunque de la otra forma también.
Hoy me quedo con las de mi padre, la próxima ya veré....