Una cena rica y que a todos suele gustar, se pueden hacer en cantidad y congelar al aire conservándolas en una bolsa para otras ocasiones.
Estas son muy suaves y con un rebozado fino y crujiente.
Si se fríen en aceite caliente y limpio y se escurren bien, no tiene porque ser una cena calórica.
El plato que puse en casa creo que no lo era en exceso para tomarlo de vez en cuando y además están riquísimas.
Ingredientes
2 muslos de pollo
1 huevo
1 limón
2 dientes de ajo
1 manojo de perejil fresco
Pan rallado
sal
aceite de oliva
Se
deshuesan y se limpian de pieles y grasas los muslos de pollo, se
cortan en trocitos regulares o se dejan enteros para cortar al final y se hace una mezcla con
los ajos, el perejil y la sal
Se machacan en un mortero y se unen al zumo de limón
Se machacan en un mortero y se unen al zumo de limón
Una
vez que haya pasado ese tiempo se pasan por huevo batido y luego por
pan rallado y se fríen en abundante aceite de oliva caliente hasta que
estén doraditas.
Escurrir
bien en papel de cocina absorbente y emplatar aconpañando las
lagrimitas de pollo con un tomate aliñado con sal, unas lonchitas de
jamón y salsa BBQ picante.