Esta carne la suelo poner guisada en olla a presión o en las bolsas de hornear que sale riquisima, pero esta vez lo he hecho directamente al horno, el resultado no ha podido ser mejor, con la temperatura al mínimo y tapado todo el tiempo con papel de aluminio.
Una vez me contaron que los Tuareg en el desierto cocinan el cordero directamente enterrado en la arena. Lo envuelven con mucho cuidado y lo entierran a primera hora de la mañana en la arena, cuando vuelven por la tarde lo desentierran y el resultado es un cordero cocinado con el calor del desierto y muy lentamente.
Los que lo han probado dan fé de que no hay cosa más tierna y jugosa.
No se si es cierto o no pero acordándome de eso puse este codillo, por cierto gigante en una bandeja y la tape y como no tenia arena ni desierto, mi horno puesto al minimo hizo los honores.
Ha estado dentro una mañana entera pero de verdad que vale la pena probar por lo menos una vez,
Tierno y meloso como no os podéis imaginar no puse verduras porque no sabia como iba a ser el resultado de las mismas después de tanto tiempo y el secreto de esto es no abrir nunca el papillote donde está metido, así que se las podéis poner aparte y listo.
No tengo el paso a paso de esta receta, lo hice sobre la marcha y no me acorde de la cámara, no me lo perdono, pero como es fácil intentaré que la explicación también lo sea.
Los ingredientes fáciles como siempre, son estos:
1 codillo por persona
1 vaso de vino blanco
1 vaso de cerveza
Pimentón de la vera
Almendras crudas
Ajos
Sal
Pimienta
Orégano
Tomillo
Espesante expres
Limpiamos las codillos de toda la grasa que tenga.
Se hace una majada con todos los ingredientes solidos y se le añade el vino ó la cerveza, en esta caso las dos.
Se coge una fuente que pueda ir al horno bien honda y se ponen los codillos regados con el majado y se refriega por todos lados, se tapa con papel de aluminio y se sella bien por todos lados, es importante que quede bien sellado, se mete al horno a 50º y se deja hasta que se te olvide.
Cuando hayan pasado 4 o 5 horas, se saca se deshuesa y se reserva.
En la misma bandeja y en el fuego se espesa la salsa con espesante expres o maicena.
Se emplata la carne bien regada con la salsa y acompañada de unas patatas fritas o verduras.
El tomate con sal le va como anillo al dedo, pero creo que unas judías verdes al dente tienen que estar geniales