Alguna vez que otra os he dicho lo que me gusta trastear por los mercados, alguna que otra vez encuentro cosas que nunca he comprado y este pescado es uno de ellos, no lo había comido nunca, me recordaba de forma un poco al rodaballo pero ahora sé que el sabor y la textura son diferentes.
Para hacerlo aparte de meterme a buscar en mucho de vuestros blogs, también lo hice directamente en el buscador y solo poniendo platija me salieron mil quinientas recetas, como no me decidía por ninguna, opte por mezclarlas a ver que salia y la verdad es que aparte de un poquito subida de limón estaba exquisita y más fácil imposible.
Tengo que decir que las platijas eran descomunales, con cabeza y tripas pesaban casi 400 g. cada una pero una vez limpias y retirada la raspa quedarán de pescado limpio 175 g. si acaso.
No pongo cantidades porque todo a sido a ajo pero como es tan sumamente fácil no tiene importancia, ya vereis.
Las platijas con las tijeras de cocina encima para que veáis el tamaño que tenían, las tijeras son de las grandes eh? a que no lo parece??
Limpiar las platijas quitándoles las cabezas, las tripas y las pieles, cuesta un poco pero es cuestión de paciencia.
Poner dos papeles de aluminio grandes de forma que quepan ampliamente as platijas. Poner unas rodajas de cebolla blanca bien finitas
Limpiar unas patatas lavándolas y cepillándolas para poder dejarles la piel, Yo utilizo un cepillo de los de las uñas solo para esto y me va muy bien.
Cortar las patatas a rodajitas y acomodarlas encima de la cebolla y salpimentarlas. Poner ralladura de limón también, pero no pasarse.
Poner las platijas encima y espolvorear con la ralladura de limón y un poco más de pimienta
Espolvorear un poco de caldo de pescado por encima, poso un cuarto de cada pastilla por pieza.
Sacar el zumo del limón del que hemos cogido la ralladura
Regar el pescado con el zumo y un chorrito de aceite de oliva virgen. Por ultimo un poco de perejil picado fresco.
Cerrar los papillotes con otro trozo de papel de aluminio sellándolo bien por todos lados
Acomodar los dos papillotes en la bandeja del horno
Meter en el horno a 250º durante unos diez minutos, la verdad es que están hechos en cuanto los papillotes se inflen, cuando estén hinchados apagamos el horno y los dejamos unos minutos dentro del horno.
Acomodar cada papillote en una fuente de servir y cortar con mucho cuidado de no quemarnos con el vapor en diagonal y doblar el sobrante para fuera.
Se suele servir en el mismo papillote pero también se puede sacar con cuidado y emplatar con las verduras de guarnición adornando el plato.
Acompañar con una ensalada fresca
Hay que tener mucho cuidado con la ralladura, da mucho sabor así que tiene que estar muy medida.
En la proxima entrada os contaré mi incursión en otro de los Mercados de Sevilla, carne de caza por todos lados una pura delicia.