Algunos se preguntan si me he vuelto loca, pero no, es de nacimiento jejejeje.
Lo del gazpacho de hierbabuena aunque raro para algunos, lo conozco practicamente desde que tengo uso de razón, lo hacia mi madre y a mi hermana mayor le encantaba.
Ahora ando en un grupo por Facebook que está compuesto en su totalidad por gentes de mi pueblo y cada uno aportamos fotos, recuerdos, recetas, modismos, motes y todo lo que se nos ocurre, y el otro día alguien pregunto si alguno se acordaba del gazpacho de hierbabuena, fue decirlo y hacérseme la boca agua, que rico por Dios, es de lo más refrescante, por eso no entiendo muy bien porque en mi pueblo le llaman gazpacho de invierno.
Probablente sea porque también se hacia cuando no había tomates buenos para hacer el gazpacho normal, ahora tenemos tomates todo el año pero antiguamente todos los productos eran de temporada y me imagino que esto seria un tuneo del original, el caso es que dieron con una receta buenísima que me gustaría compartirla con vosotros y que la probarais.
La he hecho como yo recuerdo de mi madre, la gente nueva de mi pueblo habla de acompañarlo con un huevo frito pero yo eso no lo recuerdo, sí otra clase de acompañamiento que al finas os diré.
Ingredientes:
1 diente de ajo sin el germen
1 pimiento verde
2 tomates
2-3 rebanadas de pan asentado
1 buen puñado de hierbabuena fresca
Sal
Aceite de oliva
Vinagre de vino blanco
Agua fría
Lo ponemos todo en la batidora troceado
Batimos hasta que se haya hecho un puré.
Lo pasamos por un colador fino
Lo metemos en el frigo y cuando vayamos a servirlo lo mezclamos con agua muy fría hasta conseguir la textura que más nos guste, líquido si lo vamos a beber
O más espeso si lo preferimos comer con unos granos de ganada o unas uvas, con las dos cosa esta de lujo.
Nota: Esta es la receta normal, pero como siempre ando aligerándolas por lo de las calorías, en vez de pan le he puesto un poco de pepino y cebolla, le aporta espesor y enriquece el sabor.