Suelo poner recetas de conejo, guisadas y ayudadas por unos cuantos ingredientes para que sepa a algo, al ser los conejos de granja pasa como con los pollos, la carne es limpia pero sin ningún sabor y hay que ayudar con pastillas de caldos preparados y mil cosas más, pero cuando tienes la suerte de estar en temporada de caza y consigues en los mercados manjares como un humilde conejo, no hace falta nada más que hambre.
Suelen ser muy pequeñitos, uno para dos personas si acaso y un poco caros, pero la temporada dura tan poco que por lo menos un par de ellos son obligados.
Cuando yo era pequeña en el pueblo, mi padre solía salir a cazarlos con escopeta e incluso cegándolos con el coche y agarrándolos por las orejas, yo fui muchas veces con él de noche y nunca faltaban, entonces no hacia falta que estuviera abierta la veda ni nada de esas cosas y mi madre ya no sabia que inventar para guisarlos, siempre nos han gustado y las liebres más, pero ese es un capítulo aparte, este está hecho de una forma muy simple pero el pimentón le da mucho carácter y está muy, pero que muy bueno.
Ingredientes
1 Conejito para dos personas
6 Dientes de ajo fileteados
1 hoja de laurel
Vino blanco
Aceite de oliva
Sal y pimienta
Pimentón de la Vera.
Hierbas, tomillo, romero etc....
Trocear el conejo y lavarlo, secarlo y espolvorear con las hierbas, la sal y la pimienta.
Poner un poco de aceite en una sartén amplia y sofreír los ajos fileteados hasta que cojan un poquito de color, en ese punto añadir el pimentón que se puede mezclar si se quiere de los dos, picante y dulce ó solo dulce y mezclar cuidando que no se queme.
Poner la hoja de laurel y añadir los trozos de conejo, rehogar hasta que cambie de color y cubrir con el vino.
Dejar que se haga tapando la sartén, comprobando de sal y esperar hasta que esté tierno pero no deshecho
Emplatar los trozos de conejo y regarlos con la salsa de pimentón muy caliente.
Acompañar de una ensalada de remolacha