Ayer dia 4 de septiembre de 2011, hice lo que vengo haciendo cada cierto tiempo, a las 12´15 de la mañana entraba en el colegio mayor de las Esclavas del Sagrado Corazón de Sevilla en la Calle Cervante, y al poner el pié en el umbral ya empece a escuchar los cacareos de un montón de gallinas viejas, mis compañeras, por cierto yo de las más viejas jajaja. Por otra parte y estando en un blog de cocina tengo que decir que son estas gallinas las que mejor caldo hacen jejeje.
Lo saben, porque yo se los he dicho, lo feliz que me siento cada vez que me encuentro con ellas, jamás hemos perdido el contacto, por más lejos que estemos, todas hacen un esfuerzo y acudimos a la llamada de la amistad, en este caso han faltado unas cuantas muy queridas, como las 3 Charos, Reina, Nimo y Maldonado y algunas más que no han podido venir, otras porque desgraciadamente nos han dejado y otras porque se me ha olvidado avisar, como a mi pobre hermana, que fallo crei que te iban a llamar nena, lo siento.
En fin este año ha sido muy especial porque siempre nos vemos con la que hace 37 años era nuestra directora la Hma. Antonia pero yo no tenia ni idea de la sorpresa que esta reunión me tenia preparada, también estaba otra monja a la que adoro con toda mi alma, la Hna. Teresa, hacia muchisimos años que no la veia y por poco no me muero de la alegria cuando la vi, las dos son fantasticas, la una por su forma de ser, activa y resolutiva en todo y la otra por su dulzura y entrega, me las quedaba a las dos para mi sola.
Esta es la Hna. Antonia, actualmente esta trabajando en Chile
Y esta la Hna Teresa, ya casi retirada, pero ha hecho de todo, por supuesto pasando por ser misionera durante años en Africa.
Estas son algunas de mis compañeras, chicas os quiero
Despues de todas estas emociones, para rematar el día me llamaron mis hijos y vinieron a tomar algo con nosotros, José Carlos y Marcos con su novia Ana, así que tuve que salir corriendo dejar a las compañeras y estar con ellos que por circunstancias de la vida veo menos de lo que me gustaria y cuando hay ocasión no quiero perder ni un segundo de sus vidas cuando están con nosotros.
Y como colofón el correito de las mellizas mandandome el premio, que como no podia ser de otra manera es un premio a la amistad, al final todo se resume en eso. Gracias a las dos.
Una vez que nos quedamos solos Pedro y yo no tuvimos más remedio que comprar un cupón, porque despues del día tan absolutamente perfecto estoy segura que me toca el gordo jajajaja.
Dias tan redondos y perfectos no son faciles, pero tampoco son imposibles y por eso quiero compatirlo, aunque tambien me gustaria meterlo en un bote y taparlo para que no se escapara, espero otro igual a ser posible pronto.
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Gracias por estar siempre ahí. Rosa