Esta receta es de lo más simple, pero no resisto a ponerla, están exquisitos de cualquier marera, pero así es como se nota más el sabor tan particular y delicado que tiene el cordero. Facil hasta decir basta pero ricos hasta no poder más.
Ingredientes
2 personas
8 corazones de cordero
sal y pimienta negra
aceite de oliva
Limpiar los corazones de la grasita que traigan y abrirlos por la mitas a lo largo.
Calentar una plancha a fuego fuerte con una gota de aceite de oliva y ponerlos en ella boca abajo salpimentandolos.
Cuando veamos que han cambiado de color dar la vuelta y ponerlos boca arriba.y salpimentarlos por ese lado también.
Dejar que se hagan siempre a fuego fuerte para que no se encallen y se pogan duros pero cuidando que no se quemen, se les va dando la vuelta hasta que estén en su punto.
Freir unas patatas a cascos finos en aceite de oliva bién caliente hasta que estén doraditas y escurrir en papel absorbente poniendoles y un poco de sal gorda.
Emplatar los corazones boca arriba ó boca abajo, como más nos gusten y acompañarlos de unas patatas fritas espolvoreadas de perejil recién picadito y unos tomates cherry aliñados.
Que rico el cordero, que rico el tomate, que ricas las patatas, pero que hasta el aceite que te ha quedaó en la sartén te deja que cojas un bollo y lo dejes empapar....Rosa esto no se hace guapa¡¡
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